El colegio Vara de Rey, situado en el centro urbano de Sant Antoni, abrió ayer sus puertas a sus 230 alumnos en un ambiente de gran amistad. Este centro es desde hace más de una década uno de los mejores ejemplos de convivencia entre estudiantes de distintos cursos pertenecientes a diferentes etnias. Gitanos, polacos, marroquíes, italianos, rusos, colombianos ingleses y muchos escolares procedentes de distintos puntos de la península que se desplazan a lo largo del curso hasta San Antoni por motivos laborales de sus progenitores, forman el 15 por ciento del alumnado.

«El mestizaje no es un problema y es un fenómeno que no ha dejado de crecer en los últimos años», explicó ayer el director del centro, José Luis Sanz. «El éxito de la convivencia está en que no se forman guetos ni en las aulas ni en el patio, por lo que estos alumnos se integran con sus compañeros desde un principio», añadió Sanz. El trabajo de los docentes del centro se centra en el bienestar de todos sus alumnos, algo que han logrado gracias en gran parte a las clases de Compensación, un refuerzo para ayudar en el idioma y distintas dificultades a los alumnos con dificultades.

«Casi siempre son dificultades con el idioma y con las Matemáticas, la Lengua y el Catalán», explica Lourdes David Vedreño, responsable de Compensatoria en el centro. Con material imaginativo y ameno consigue que sus alumnos aprendan los contenidos y sigan el ritmo de sus compañeros prosperando en su formación.