GUILLERMO ROMANÍ El Ayuntamiento de Formentera ha superado las puntas turísticas del mes de agosto sin necesidad de efectuar restricciones en el abastecimiento de agua potable a los núcleos urbanos de la isla, en especial al de es Pujols que se presentaba como el más problemático.

A principios de junio se detectó un consumo muy elevado de agua, comparado con el mismo mes de 2000, que alertó a las autoridades y obligó a publicar un bando recomendando el uso razonable y el ahorro de tan preciado elemento.

No obstante, las cifras que obraban en poder del Consistorio seguían siendo alarmantes, ya que a lo largo de todo el mes el volumen de agua consumida era tan sólo ligeramente inferior a la producida, por lo que los depósitos no podían recuperar su capacidad de almacenaje. En esta tesitura todo hacía prever que en julio y agosto no habría suficiente agua para poder hacer frente a la demanda, que se dispara anualmente entre el 25 de julio y el 25 de agosto.

Una de las primeras medidas adoptadas por el Consistorio fue adelantar la puesta en marcha de la desaladora de Gesa, que aportó un caudal suplementario cercano a 500 metros cúbicos diarios.