J. M. R. En el Govern balear se darían con un canto en los dientes si el Ministerio de Interior cubriera todas las plazas de la Guardia Civil y de la Policía Nacional en las Pitiüses. Según datos que manejan en la Conselleria balear d'Interior, el 20 por ciento de las plazas de ambos cuerpos está vacante, un «dato considerable», en opinión de los colaboradores del titular de esa cartera, el ibicenco Josep Maria Costa.

De la Guardia Civil hay en las Pitiüses 225 plazas: de ser correctos los datos que manejan en Interior, hay un déficit de alrededor de 45 guardias civiles. En la Policía Nacional la cantidad es mayor: hay 254 plazas, de las que no se logra cubrir medio centenar. Si Costa logra su deseo de entrevistarse con Mariano Rajoy, ministro de Interior, lo primero que le pedirá es que consiga ese centenar de efectivos que faltan en las Pitiüses.

Desde la Conselleria se advierte de que es difícil mantener el orden público en la isla, y sobre todo en Sant Antoni, si los garantes del orden están bajo mínimos. Aunque en verano haya refuerzos, nunca se alcanza una cifra óptima. También se señala desde el Govern balear que esas plantillas, ya de por sí escasas, no se incrementan suficientemente en temporada.

El aumento no es proporcional al de la población, que se multiplica hasta por tres durante el verano, pasando en determinadas épocas de 80.000 a 250.000 habitantes. La necesidad de más efectivos policiales es compartida por todos los agentes sociales: el Ayuntamiento de Sant Antoni, la Pimeef, el Govern y las ocho asociaciones de vecinos y empresarios apuestan porque haya más policías.