La Oficina de la Dona del Consell puso en marcha el pasado 1 de julio un servicio de mediación familiar al que han recurrido desde entonces dieciséis parejas, según los datos ofrecidos ayer por la consellera de Benestar Social, Sofía Hernanz, y la coordinadora de la oficina, Sara Santacruz. La iniciativa está destinada a ayudar a las parejas en proceso de ruptura, tanto las casadas como las que no lo están, especialmente en los casos en los que hay hijos.

Pero hay que tener en cuenta, explicó Hernanz, que no se pretende reconciliar a la pareja y que es un proceso que no sustituye los trámites legales de la separación o el divorcio. «Se presta ayuda para que los miembros de pareja lleguen a acuerdos y los cumplan de forma efectiva», comentó la consellera. Entre las ventajas de este servicio, que está en manos de personal cualificado y con experiencia en la materia, es que ofrece a la pareja un espacio neutral donde solucionar sus diferencias, fomenta el diálogo y reduce tanto los costes económicos como los emocionales que tiene una ruptura.

Además, se consiguen evitar muchas situaciones violentas. Este servicio de mediación ya venía prestándose en las Pitiüses desde 1997, pero sólo para aquellos casos derivados de los servicios sociales o para parejas que podían costearlo. Al asumir el programa la Conselleria de Benestar Social, la mediación se prestará siempre de forma gratuita y a cualquier pareja que la demande. Los profesionales que se ocupan de él (cuatro abogados, una trabajadora social y una psicóloga) seguirán siendo los mismos.

Sara Santacruz dijo ayer que esperaban que el servicio tuviera una gran demanda, pero reconoció que se han visto sorprendidos por la gran acogida de los dos primeros meses. Como medida paralela, la Oficina de la Dona quiere poner en marcha este otoño un punto de encuentro, es decir, un lugar neutral donde los profesionales pueden supervisar las visitas de los padres a los hijos de parejas separadas.