Las cuatro monjas se entregaron a Dios en el convento de San Cristóbal en Dalt Vila. Foto: V.F.

Aquí estoy señor, tú me has llamado». Con estas palabras se presentaban ante el altar las cuatro monjas filipinas que ayer, en presencia del obispo de Eivissa y Formentera, Agustín Cortés, se consagraron en la clausura del convento de San Cristóbal de Dalt Vila. Un convento abarrotado por familiares, amigos y curiosos acompañó a las hermanas Sor Genara B. Peralta, Sor Mª Eugenia M. Melgar, Sor Rita A. Casal y Sor Endrina B. Ilan en su nombramiento como monjas de clausura.

«Llegaron hace cuatro años a Eivissa desde Filipinas para prepararse y entrar en la orden de las canónigas de San Agustín. Durante este tiempo han estudiado a este santo y todo lo que rodea a su orden eclesiástica. Ayer llegó el momento de la profesión religiosa y consagración de las vírgenes con una ceremonia religiosa en el convento en el que pasarán el resto de sus vidas. A lo largo de la misa, las cuatro monjas se tumbaron ante el altar mayor entregándose así a Dios. Posteriormente, el obispo y la madre superiora del convento firmaron la consagración de las cuatro hermanas.

Para simbolizar este matrimonio con Dios no faltó un anillo de compromiso que el obispo entregó a las ya canónigas regulares de San Agustín. Al finalizar la Eucaristía recibieron múltiples felicitaciones y confesaron sentirse «muy orgullosas» de haberse consagrado a Dios y haber puesto sus vidas «en sus manos».