El delegado territorial del Instituto Balear de Saneamiento
(Ibasan), Ramon Mayol i Aranda, no ha parado desde que hace cuatro
días volvió de vacaciones. Primero recibió las múltiples quejas
acumuladas durante las tres primeras semanas de agosto, el peor que
se recuerda de la última década en cuanto a averías padecidas en
las estaciones depuradoras de aguas residuales (Edar) de las
Pitiüses. Y luego le llamaron los vecinos de Sant Antoni para
advertirle de que están hartos del deficiente funcionamiento de la
depuradora del municipio.
Los problemas generados por esta última son debidos, según
Mayol, a la rotura de la centrifugadora de fangos, que desde hace
dos semanas son recogidos mediante camiones chupadores, de ahí el
olor nauseabundo que desprende la instalación. El aparato, que ha
sido totalmente repuesto, no llegó a Sant Antoni hasta hace unos
días, sin que aún funcione.
El hedor durante los últimos días ha sido tan insoportable que
la presidenta de la asociación de vecinos de sa Punta des Molí,
Antonia Marí Tur, aprovechó la presencia de la consellera de Medi
Ambient, Fanny Tur, en las fiestas de Sant Bartomeu para reclamar
soluciones urgentes a un problema que se repite periódicamente. Tur
se comprometió a comunicar esa queja al gerente del Ibasan, Joan
Mateo Horrach, ya que esa competencia sigue en manos del Govern
balear. Marí asegura que el olor nauseabundo llega hasta es Pouet:
«Los turistas nos preguntan qué es ese olor».
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