La misa fue seguida por alrededor de cincuenta personas. Foto: V. FENOLLOSA/K.TABERNER

Sa Creu d'en Beia volvió a acoger por sexto año consecutivo la misa al aire libre con motivo de las fiestas patronales de Sant Agustí des Vedrà. El sol y las altas temperaturas fueron los culpables de que en esta ocasión el recorrido a pie de poco más de dos kilómetros que separa la iglesia de Sant Agustí de sa Capelleta lo realizasen apenas una veintena de personas que se reunieron con las restantes en el lugar de sa Creu d'en Beia.

«El motivo de esta actividad religiosa no es otro que el de reunir a los fieles de la parroquia para que acudan hasta esta cruz de término y rescatar la costumbre que había de ir en romería hasta el lugar», explicó Miguel Àngel Riera, párroco de Sant Agustí.

Riera relató que el origen de sa Capelleta se remonta a 1850, cuando un vecino de la localidad, que tenía a su esposa muy enferma de parto, acudió a por ayuda a Sant Josep y por el camino se paró en sa Creu d'en Beia haciendo la promesa de que si el parto iba bien haría una capilla en el lugar de la cruz. Desde esa fecha son muchas las personas que acuden a este enclave para hacer promesas y agradecer los favores concedidos, prueba de ello es que en su interior siempre hay velas, ramos de flores o plantas.

La misa, oficiada por el párroco de Sant Agustí, contó con la actuación del coro juvenil de la localidad y en ella Miguel Àngel Riera recordó que el acto servía para «recordar nuestras raíces».