Las inundaciones de julio podrían repetirse en cualquier momento.

Eivissa se volverá a inundar en cuanto lleguen las primeras lluvias torrenciales, habituales a finales de verano y principios de otoño, porque la red de pluviales construida en los últimos años no cuenta con un sistema que permita que el agua de lluvia recogida vaya a parar al mar con la suficiente velocidad como para que no se colapsen las alcantarillas y las tuberías. El Ayuntamiento de Eivissa es consciente de que «podría darse el caso de que llegaran las lluvias y las pluviales no funcionaran correctamente» y es que el problema con el desagüe se lleva arrastrando desde hace al menos dos años.

Según explicó Joan Boned, concejal de Urbanismo de la institución municipal, cuando el Pacte Progressista entró a gobernar en el Consistorio se encontró con que se había hecho la primera fase de las tuberías «pero éstas quedaban cortadas en la avenida Santa Eulària, sin que se hubiera construido la salida al mar». No es que el PP no hubiera pensado en ello, sino que el proyecto que había preparado fue rechazado por la Autoritat Portuària y, por tanto, no se llegó a ejecutar.

El Pacte ideó un sistema para solventar esta deficiencia cuanto antes, pero éste no ha dado resultado. El problema es que el agua llega con demasiada presión a la zona del puerto de Eivissa y esto puede provocar algunos daños. Para evitarlo, el Consistorio recurrió a un sistema de escollera que tenía piedras de gran tamaño para que el agua se filtrara entre ellas y perdiera presión al llegar al mar. Pero en la tormenta de julio se demostró que este mecanismo no sirve porque el agua llega con tal fuerza que rebota en las piedras y vuelve hacia atrás.