La duquesa de Alba en el momento en que abandona el templo religioso. Foto: KIKE TABERNER

Los asistentes a la misa de Sant Bartomeu no se podían imaginar que allí estuviera la duquesa de Alba. Sentada en la segunda fila, al otro lado de donde lo hicieron las autoridades, Cayetana presenció la Eucaristía acompañada por la amiga con la que llegó el sábado pasado a la isla. «Yo vengo todos lo veranos a Sant Antoni, aunque a las fiestas no he podido venir todos los años», explicó a Ultima Hora Ibiza y Formentera al salir de la iglesia.

Es el primer verano que la duquesa de Alba pasa sin Jesús Aguirre, que falleció hace unos meses. Sin embargo, hace unos días nacieron sus dos nuevos nietos, los de su hijo Cayetano. La duquesa aseguró ayer que aún no los podía haber visto: «Aún no los he visto. No han venido porque no pueden volar, son muy pequeños». Los asistentes, mientras, se dedicaron a tomar fotos y a filmar a la protagonista de la tarde, quien no dudó en ningún momento en saludar a los que así se lo requerían.

Antes de meterse en el vehículo con matrícula de Sevilla que la llevaría a su próximo destino, la duquesa de Alba tuvo buenas palabras para la isla que visita cada verano: «De Eivissa me gusta todo, es preciosa, pero ya lo saben, por eso vengo aquí todos los veranos. Especialmente me gusta Punta Galera». Y es que allí es donde Cayetana tiene la residencia estival, en un lugar privilegiado. El vehículo le condujo al restaurante Varadero, en el que compartió mesa con las autoridades locales y donde permaneció hasta la medianoche. Después, el vehículo le llevó hasta la cercana residencia de Punta Galera. La playa le esperaba por la mañana, la franja horaria en la que más le gusta darse un baño a la duquesa de Alba cuando viene a Eivissa.

· Óscar Delgado