La Guardia Civil establecerá el próximo 28 de agosto un dispositivo
aún por definir en la playa de Benirràs y sus accesos con el
objetivo de impedir que se celebre la gran fiesta de los tambores,
que en su edición del mes de agosto suele estar muy concurrida y
reunir a varios miles de personas. Este fue el tema que centró la
reunión mantenida ayer por la directora insular de la
Administración General del Estado, Marienna Sánchez-Jáuregui; el
alcalde de Sant Joan, Antoni Marí; el capitán de la Guardia Civil y
algunos vecinos de la zona que han pedido el auxilio de las
diferentes administraciones para conseguir que no se lleve a cabo
el encuentro.
«Lo importante es que la gente sepa que como la fiesta no se va
a autorizar, se van tomar las medidas necesarias para impedirla»,
expresó la directora insular. Sin embargo, Sánchez-Jáuregui apuntó
que el operativo todavía tiene que ser diseñado por el capitán
teniendo en cuenta la cantidad de gente que ha acudido en años
anteriores a la convocatoria y los medios terrestres y marítimos
por los que se desplazan hasta la playa.
Está todavía por decidir la cantidad de agentes que se dedicarán
a esta tarea, los puntos en los que se colocarán para interceptar a
los asistentes y los vehículos que serán empleados. Además, explicó
que el Consistorio prestará la ayuda administrativa que sea
necesaria y que volverá a ser el encargado de la devolución de los
tambores que pudieran ser requisados.
El objetivo es el mismo que el conseguido el pasado julio: que
la fiesta no pueda celebrarse. Tanto la Dirección Insular como el
Ayuntamiento afirman haber recibido la felicitación de numerosos
ciudadanos por haber logrado impedirla. Antoni Marí dijo ser
partidario de abortar todas las fiestas ilegales posibles porque no
reportan ningún beneficio a la ciudadanía.
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