GUILLERMO ROMANÍ El islote de s'Espalmador es un lugar emblemático en el conjunto de las Pitiüses por una serie de peculiaridades que lo hacen absolutamente distinto del resto del archipiélago. Para empezar, es una propiedad privada y en todo el islote tan sólo hay dos casas, la antigua hacienda y la que en su día fue de los masoveros. Pero si algo distingue a s'Espalmador son sus magníficas playas, que van desde es Pas hasta s'Alga y, en la parte norte, la playa refugio de sa Torreta. La transparencia de las aguas y una arena blanca y fina crean un espectáculo maravilloso y no es de extrañar que los turistas quieran visitar el lugar. Pero ese mismo atractivo se está convirtiendo en el mayor peligro para la isla.

Durante toda la temporada veraniega centenares de barcos fondean en la bahía de s'Alga generando dos tipos de problemas. Las anclas de las embarcaciones destruyen en gran medida la pradera de posidonea y los residuos de los yates van al agua con demasiada frecuencia, tal y como se puede comprobar paseando por la playa cuando sopla el 'llebeig'.

Excepto la franja delimitada junto al mar que es de uso público, el resto de la isla es propiedad privada tal y como indican numerosos carteles. Pero los visitantes hacen caso omiso de la advertencia e invaden cualquier punto del islote. Al no haber caminos se abren paso entre el frágil ecosistema dunar causando graves desperfectos. El vandalismo se acentúa cuando se trata de ir a la torre de sa Guardiola, el punto más alto, ya que la puerta ha sido arrancada o forzada más de una docena de veces, lo que obliga a los propietarios a correr con los gastos una y otra vez.

S'Espalmador forma parte de la Reserva Natural de ses Salines d'Eivissa i Formentera y quedará incluido dentro del parque natural que tiene previsto aprobar el Govern balear. Ello debería bastar, tanto ahora como en el futuro, para garantizar su protección, pero demasiados visitantes hacen caso omiso de la necesidad e proteger un lugar frágil.