El Ayuntamiento de Eivissa ha decidido intervenir en el conflicto
que atraviesa la asociación de vecinos de Platja den Bossa para
evitar su desaparición. El pasado sábado, el concejal Roque López
se entrevistó con el presidente dimisionario, José Luis Palacios,
para tratar de encontrar una salida a los problemas de la entidad.
Un día antes, Palacios presentó su renuncia irrevocable como
consecuencia de la grave situación financiera que heredó la nueva
junta directiva, cuyos componentes anunciaron un día después que
dimitían en bloque.
Roque López, en nombre del alcalde de Eivissa, Xico Tarrés,
propuso a Palacios que retire su renuncia y convoque una reunión en
la que la junta se desvincule de la deuda que arrastra del anterior
mandato, en el que fue presidente Ricardo Àlvarez. La decisión
debería constar en acta y hacerse pública en los medios de
comunicación. Teóricamente, sería como empezar de cero. Pero ¿y
quién se haría cargo de la deuda de más de dos millones de pesetas?
El deseo del equipo de Gobierno de Eivissa es entablar
negociaciones con el de Sant Josep para compartir, al 50 por
ciento, la deuda.
José Luis Palacios explicó ayer a este periódico que de momento
dejarán pasar las fiestas del barrio, de cuya organización también
se desentiende, para comprobar cómo «se mueven las instituciones»,
es decir, para ver si realmente se hacen cargo de la deuda. El
temor del Consistorio de Eivissa es que tras las fiestas de Platja
den Bossa también dimita el actual presidente en funciones, Ricardo
Àlvarez, y la asociación desaparezca definitivamente.
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