El 19 de agosto de 2000 la presidenta del Consell Insular, Pilar
Costa, tomaba la controvertida decisión de precintar las obras de
es Pouet, una polémica urbanización que se estaba ejecutando en
Talamanca. Costa y su equipo de gobierno alegaban que se incumplía
de forma flagrante la Norma Territorial Cautelar aprobada un mes
antes, pero en aquel momento no sabían que las empresas
responsables de la construcción les iban a salir peleonas.
En menos de media hora, los obreros habían retomado el trabajo y
apenas se apreciaban las cintas y los carteles que habían sido
instalados por funcionarios del Govern. El Consell denunció los
hechos ante la Guardia Civil y la Fiscalía, pero en vista de que ni
las fuerzas del orden ni los tribunales tomaban decisión alguna
volvió a precintar las obras el 1 de septiembre.
El 'culebrón' de es Pouet, que acaparó todas las portadas de los
meses de agosto y septiembre todavía iba a dar mucho que hablar y
hoy, un año después, sigue pendiente de diversas resoluciones
judiciales. El precinto fue ignorado por segunda vez al cabo de
quince días de su instalación y sólo se paralizaron las obras de
forma definitiva cuando lo ordenó el juez Andrés Carrillo el 25 de
septiembre.
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