Los siete supermercados de la cadena Diskont que aún permanecen
abiertos tienen, cada día, menos productos en sus estanterías. El
comité de empresa denunció ayer que la falta de suministros está
haciendo que, poco a poco, las tiendas 'mueran' ante la sorpresa, y
a veces la indignación, de los clientes habituales. La
incertidumbre de los trabajadores, especialmente de los fijos,
crece a medida que se precipitan los acontecimientos y no consiguen
que ninguno de los responsables de la empresa les explique qué les
espera.
El responsable de la Federación de Comercio de UGT, Fernando
Fernández, señaló ayer que la empresa catalana Francisco Miró ha
declarado la suspensión de pagos y que este hecho afecta
indirectamente a la empresa Ibidis, gestora de los Diskont de
Eivissa, al ser Miró su accionista mayoritario. De momento, las
únicas decisiones de las que han tenido conocimiento los empleados
son las del cierre de ocho tiendas en Eivissa y el traslado de su
género al resto de los comercios que aún funcionan y la no
renovación de los contratos a 16 eventuales.
Otros veinte saben que tampoco renovarán cuando acabe su actual
contrato. «Hay 46 fijos y nadie se ha molestado en explicarles la
situación», criticó Fernández, que cree que todo apunta a que habrá
un cierre escalonado de todos los centros y a una regulación de
empleo encubierta.
Los trabajadores han decidido redactar una carta en la que
informan a los clientes de la situación, les piden disculpas y les
agradecen su fidelidad. Ayer mismo reconocían que la actual
situación les está produciendo un importante «desgaste físico y
psíquico» porque tienen que dar la cara ante el cliente cuando
tienen una tienda con apenas productos que ofrecer.
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