La norma cautelar que el Govern aprobó hace aproximadamente una semana podría convertirse casi en papel mojado para la isla de Formentera. Las restricciones establecidas en el texto, que tiene por objetivo frenar la construcción mientras se revisan las Directrices de Ordenación del Territorio (DOT), están muy por encima del ritmo de construcción que actualmente tiene Formentera, por lo que es muy probable que apenas tengan que ser aplicadas.

Según informó el concejal de Urbanismo de este municipio, José Ramón Mateos, en suelo urbano y urbanizable a Formentera se le permiten aprobar este año unas 240 viviendas con tres plazas cada una. «Pero es que nunca se han pedido tantas licencias en Formentera», comentó Mateos. Y el Ayuntamiento de Formentera, puntualizó, no se alegra de ello. Simplemente ese techo que se ha establecido, de momento, no parece que vaya a afectar a la capacidad de crecimiento.

«Las normas cautelares nos afectan en otro sentido», comentó el edil, que recordó que lo que sí ha supuesto una importante restricción para la construcción Formentera es la ley 9/99 de medidas cautelares por la que se establecía que la parcela mínima para edificar debía ser de 14.000 metros cuadrados. En este sentido, señaló Mateos, Formentera ha pasado a tener muchas zonas inedificables, porque no es fácil reunir tal cantidad de metros en un espacio tan reducido y con un perfil tan peculiar como la isla de Formentera.

Como parece haber sido la tónica general en los ayuntamientos de Eivissa, tampoco en la menor de las Pitiüses se ha notado especial preocupación entre la ciudadanía. «No, no ha habido clima de preocupación ni alarmismo», confirmó el edil de Urbanismo. En cualquier caso, como los límites establecidos por el Govern serán menores en 2002 y en 2003 (cada año se podrá crecer un uno por ciento menos) queda por ver si la moratoria tendrá repercusiones en la isla a lo largo de los próximos ejercicios.