GUILLERMO ROMANÍ Los puertos deportivos de Formentera están al cien por cien de su capacidad y no pueden atender la grande manda de amarres que registran desde finales del pasado mes de julio. Marina de Formentera, con 114 amarres, y Formentera Mar, con algo más de un centenar, ambos situados en el puerto de la Savina, no pueden hacer frente a las numerosas peticiones de amarre por falta de espacio en los pantalanes. Es prácticamente imposible conseguir una plaza y la situación continuará en el mismo sentido hasta el próximo 25 de agosto.

Como consecuencia directa de este problema, la bocana del puerto de la Savina y zonas más próximas como la playa de Caval den Borras se ven invadidas por cientos de embarcaciones fondeadas sin orden ni concierto. Si a este hecho se añade que las embarcaciones que, procedentes de Eivissa, navegan cada día hasta la zona, no es de extrañar que se acumulen entre 500 y 600 yates, cruceros y motoras a lo largo de este reducido tramo del litoral formenterés en estas fechas.

La invasión de embarcaciones durante julio y agosto supone graves dificultades en el tráfico marítimo, en especial en la entrada del puerto de la Savina, donde yates y motoras se cruzan sin orden ni concierto con las embarcaciones rápidas de transporte de pasajeros y los ferrys que abastecen de mercancías la isla todos los días. A todas estás repercusiones negativas hay que sumar la ingente cantidad de residuos y basuras que generan las embarcaciones y que han sido denunciadas en numerosas ocasiones por grupos ecologistas. En el caso de s'Espalmador los desperdicios de los barcos se depositan directamente en la playa. Asimismo es preocupante el fondeo indiscriminado e incontrolado de las embarcaciones ya que, con su anclas, destrozan buena parte de las praderas de posidonia que cubren los fondos marinos de la zona.