Los primeros en llegar a la Catedral con motivo de la celebración del día de la patrona de Eivissa, Santa Maria de les Neus, fueron los obreros de las parroquias con las banderas de sus respectivos santos. La plaza lucía un aspecto festivo, engalanada por la presencia de los feligreses, ataviados con sus mejores galas, y por las banderas regional y municipal que allí ondeaban. La ceremonia religiosa comenzaba a las siete y media. Con cinco minutos de antelación hicieron acto de presencia las autoridades. Aquí es donde llegó la primera nota distintiva respecto a anteriores celebraciones.

Además de la presencia de la plana política local, estuvo Pascual Maragall, líder de la oposición en Cataluña, quien actuó como invitado de honor. Después la ceremonia comenzó con puntualidad británica. Una comitiva encabezada por siete párrocos, dos monaguillos y el obispo de la diócesis de Eivissa y Formentera, Agustín Cortés, entró en el templo religioso a la hora prevista. En el interior ya esperaban los fieles, quienes dejaron los bancos de la primera fila libres para que en ellos se sentaran los políticos. Los últimos en entrar en el templo fueron los obreros con las banderas de las parroquias, que depositaron a ambos lados del altar.

Pilar Costa, presidenta del Consell Insular d'Eivissa i Formentera, Vicent Tur, vicepresidente, Xico Tarrés, alcalde de Eivissa y el conseller Josep Marí Ribas, entre otros, asistieron al acto religioso en honor a la patrona. Las voces del coro 'Ciutat d'Eivissa' sirvieron para que comenzara la misa. Los fieles acudieron al recinto religioso con ramos de flores para ofrecérselos a la Santa. Al terminar la Eucaristía, que estuvo animada por los componentes de la colla de Vila, el obispo dio el beneplácito para que los asistentes pudieran cumplir con la tradición de depositar las flores a la Virgen, que presidía la escena y que estaba iluminada por focos para que a nadie se le olvidara quién era la protagonista.

Una plataforma metálica con huecos preparados para acoger los ramos sirvió para completar la imagen de la ofrenda floral. Cuando todos los fieles depositaron el ramo, la comitiva salió de la Catedral para dirigirse al Ayuntamiento. Los sonidos folklóricos de la colla no dejaron de sonar en ningún momento. Cientos de personas se sumaron a la celebración y completaron el camino hasta la Casa Consistorial. Allí el siguiente acto esperaba: la entrega de la Medalla d'Or de la Ciutat de Eivissa.