«El pueblo está más sucio que el año pasado». Esta fue una de las
principales razones expuestas por Democràcia Pitiusa (DP) para
anunciar, el pasado viernes, que retiraba su apoyo al equipo de
Gobierno de Sant Antoni. Ayer, el concejal centrista José Torres
hizo de guía para Ultima Hora Ibiza y Formentera
por las zonas más sucias del municipio, un recorrido poco
edificante que demuestra que hay mucho que barrer en Sant Antoni.
El tour comienza en el camino de Can Nabot, uno de cuyos
rincones se ha convertido en un vertedero incontrolado, uno más de
los muchos que hay en el municipio. Además de basura y de
electrodomésticos, en el lugar abundan los neumáticos. Torres
asegura que el Consistorio conoce este emplazamiento desde que DP
lo denunció hace meses: «Pero no hacen ni caso».
Una de las imágenes más lamentables que se puede llevar un
turista que visite Sant Antoni es la del rincón de Can Tomàs donde
se depositan las basuras: hay restos esparcidos a lo largo de seis
metros y los containers rebosan. A esas horas, las 12'30 de la
mañana, el sol aprieta y acelera la descomposición. El lugar
apesta, y resulta paradójico comprobar cómo unos kilómetros más
allá los camiones de recogida de basura de la empresa FOCSA
descansan en el garaje.
Siguiente parada, la depuradora, junto a la cual se depositan
los bártulos que se recogen en las calles. El edil de DP se queja
de que las oxidadas lavadoras, sillones y demás restos sean
depositados fuera del recinto: si estuvieran al otro lado de la
valla, los chavales dejarían de frecuentar esa peligrosa zona. Aún
más curioso resulta comprobar cómo a la una de la tarde, junto a
cada papelera hay depositada su correspondiente bolsa negra de
basura. Las dejan allí los operarios de limpieza para que luego
sean recogidas por el camión de la basura, que circula a pleno sol
por el paseo marítimo entre cientos de turistas en bañador.
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