Los turistas se vieron obligados a caminar hasta el aeropuerto. Foto: KIKE TABERNER.

La carretera al aeropuerto se convirtió ayer por la mañana en una vía de peregrinaje de turistas -mujeres, bebés en carritos y ancianos, entre ellos- que tuvieron que caminar entre uno y tres kilómetros para poder embarcar desde los lugares en los que fueron paralizados los autobuses por la acción de los piquetes informativos de los chóferes del transporte discrecional en huelga desde ayer -paro que continuará hoy y mañana si no se produce un acuerdo con la patronal en la firma del convenio-. La situación es tan caótica que Aena ya se está planteando cerrar el centro mañana; medida que podría adoptarse hoy en Palma y que ya se ha llevado a cabo en Menorca.

Eurocontrol, que se encarga de gestionar el tráfico aéreo, redujo de 10 a 4 el número de movimientos por hora en Eivissa, aeropuerto que ya ha sido catalogado como de alto riesgo y así ha sido comunicado a todos los aeropuertos del mundo y compañías internacionales para que tomen medidas.

La situación de crispación creció ayer cuando los empresarios del transporte comunicaron quevan a detener por completo las actividad de autobuses mientras dure el conflicto, ya que consideran que no está garantizada la seguridad de los conductores y pasajeros que se arriesguen a entrar en el centro. La patronal asegura que la intervención del dispositivo especial de la Guardia Civil de Eivissa y parte de Cuerpo Nacional de Policía tardó 15 horas más de las previstas en activarse con el fin conseguir que no se parasen vehículos que querían hacer el servicio mínimo.

Durante la intervención del dispositivo los piquetes se opusieron a esta medida pero no consiguieron parar ningún autobús aunque criticaron con gritos a los conductores «esquiroles». La directora insular de la Administración del Estado, Marienna Sánchez-Jaúregui, argumentó que fue preciso el despliegue -que los empresarios tildan de improvisado- para dar derecho a trabajar a los conductorres que querían cumplir servicios mínimos de un 80 por ciento decretados por la Conselleria de Transports. La directora insular indicó que esta medida permitió el paso de varios autocares que pudieron desembarcar a los pasajeros en la misma terminal y subrayó que espera que se normalice la situación.