El gran consumo de agua que se está produciendo durante este mes de junio en Formentera está acabando con el agua almacenada en los depósitos reguladores de la isla que se encuentran, en la actualidad, al 40% de su capacidad. Hace dos semanas las reservas de agua se encontraban al 80% y ya se detectaba que el consumo de agua era superior a la producción y que, por tanto, los depósitos iban bajando de nivel sin posibilidad de recuperar agua almacenada.

En este sentido, el ayuntamiento está elaborando un bando municipal «muy duro» relativo al agua, para intentar concienciar a la población, básicamente a los turistas, que la situación es alarmante y es preciso ahorrar agua en todo momento y lugar. En este sentido, los formenterenses, que siempre han visto el agua como un líquido vital, sí están concienciados sobre el valor del agua.

El desmesurado aumento del consumo del agua que se ha producido durante este mes, que hace temer lo peor de cara a julio y agosto, resulta difícil de explicar, aunque hay un par de apuntes que pueden aportar un poco de luz a la situación: el aumento considerable de enganches de particulares a la red municipal de agua y el cambio del perfil del turista. El primer punto tiene dos lecturas contradictorias. Por un lado, quienes se abastecen de la red antes lo hacían mediante camiones cuba, lo cual significa que consumían agua procedente de la desaladora y por lo tanto el gasto debería ser similar. No obstante, algunas fuentes señalan que por el hecho de no tener que estar pendiente continuamente del agua existente en la cisterna se hace bajar la guardia a las personas y en consecuencia se consume más agua que cuando tenía que estar vigilando constantemente sus reservas de las cisternas.