Una turista inglesa resumió ayer las molestias de la huelga con un
rotundo: «This is not my best day on holidays in Ibiza». Frase que
pronunciaba con una sonrisa resignada mientras cargaba con dos
niñas y tres maletas. El conductor de un turismo se apiadó de ella
y la llevó al aeropuerto con su séquito. Hubiese tenido que caminar
un kilómetro. Al menos se llevará una última impresión de
amabilidad isleña.
El sol, de justicia. 29 grados a la sombra. Infinitos al sol.
Los turistas tienen tiempo de consumir una botella de agua por
cabeza en el trayecto desde la zona donde les deja el autobús al
que impiden el paso los piquetes hasta el aeropuerto. Los que
tienen suerte interceptan un taxi. El humor predomina. Dos de cada
cuatro sacan las cámaras de video de la maleta para grabar el
peregrinaje. La anécdota tipo «república bananera» que les faltaba
para completar la cinta que enseñarán a sus familias y a sus amigos
en su casa mientras devoran palomitas. Bonita imagen.
También había caras de enfado. Las peores, las de los guías de
los touroperadores. Un rictus producto del cruce entre una sonrisa
tipo tranquilícense por favor y una mueca de no se cómo llevar a
estas familias al aeropuerto. Los huelguistas que habían pasado la
noche en el aeropuerto presentaban ojeras alarmantes. El día ha
sido muy duro también para ellos. El secretario general de UGT,
Diego Ruiz, anuncia que necesitan refuerzos. ¿Las familias?, ¿los
amigos? «Dile a Carmona que compre 100 silbatos en la Cucaña»,
dice. Duda resuelta. Meteorología prevé una máxima de 30 grados
hoy.
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Periódico de Ibiza y Formentera
De momento no hay comentarios.