En un nuevo ejercicio de lo que la oposición ya ha calificado de «política kamikaze», el Pacte Progressista del Consell Insular volvió a perder ayer las votaciones de los temas más importantes que se sometieron a la consideración del pleno. De nada han servido los contactos del conseller del grupo mixto, Joan Buades, con el vicepresidente de la institución, Vicent Tur, o la mediación de altos cargos del PSOE balear porque, al final, el equipo que preside Pilar Costa ha decidido no ceder ni un ápice a las reivindicaciones de Buades, consideradas como un «chantaje».

Sin embargo, la firmeza que quiere demostrar Costa se traducirá en el hecho de que el Consell pitiuso será el único de las Islas que no recibirá las transferencias de carreteras en esta legislatura. La institución aprobó por segunda vez en lo que va de año aceptar la recepción de estas competencias, pero por segunda vez no se consiguió la mayoría absoluta que exige la nueva ley de consells y sin este requisito el Parlament balear se verá obligado a tramitar la ley sin contar con las Pitiüses.

Buades propuso, al igual que en el otro tema que había intentado pactar con el equipo de gobierno, el del 'mini-presupuesto', que la cuestión quedara sobre la mesa. Pero cuando se votó esta propuesta, el Pacte la rechazó en los dos casos. Así las cosas, el PP reiteró su abstención, Buades su voto en contra y el Pacte sus seis votos a favor que sólo le daban la mayoría simple.

El primer punto importante del orden del día fue el suplemento de crédito o crédito extraordinario con cargo al remanente de tesorería del año 2000. El equipo de gobierno presentaba una serie de partidas a las que destinar 223 millones de pesetas pero, como viene siendo habitual en cuestiones económicas, no logró el apoyo del PP. Sólo el asentimiento o la abstención de Buades le hubiera permitido sacar el asunto adelante, pero el conseller del grupo mixto criticó la manera en que se ha intentado negociar con él -a través de un correo electrónico en el que se le ofrecía que dispusiera de una partida de 20 millones para lo que considera conveniente- y también votó en contra. «No entendemos este procedimiento. Creemos que va en descrédito de la actividad política y que es una falta de ética», criticó el conseller después de tener el primer rifirrafe de la tarde con Costa.