P. CANDIA/ J. MASCARELL Ni la mediación del Govern ni las intensas negociaciones desarrolladas en las últimas 48 horas evitaron la ruptura del convenio del sector del transporte discrecional. Ayer por la tarde, ambas partes dieron por roto el diálogo ante las diferencias irreconciliables, por ahora, en materia salarial. Y trasladaron la pelota al tejado de toda la sociedad balear, especialmente, al sector turístico y a los tres aeropuertos, principales y casi única vía de acceso y salida de las Islas. Cerca de 300.000 pasajeros quedarán 'atrapados' en las instalaciones aeroportuarias, según los cálculos realizados por el sector turístico, que prevé pérdidas de unos 10.000 millones de pesetas. Patronal y sindicatos se fueron a dormir en la noche del martes con un acuerdo casi cerrado. O al menos, eso es lo que todos creían. Ayer, sin embargo, las posturas de alejaron de forma irremisible.

El portavoz de la patronal, Carlos Sedano, resumió la situación de la siguiente manera: «El último esfuerzo lo hicimos esta mañana (ayer), lo que pasa, es que el camino lo recorremos siempre los mismos. Hemos intentado acercarnos, aún a costa de hacer el ridículo». Luego añadió: «Nosotros pusimos encima de la mesa en costes finales un 17% en tres años, que son aumentos espectaculares; ellos, según nuestros números, piden el 23% en tres años. Sé que bajarían algo, pero muy poquito. Nosotros hemos aceptado su estrategia de negociación que es asumir sus cifras, sueldos de 160.000 pesetas, horas extras, recogida de equipajes, con aumentos superiores al 10%, y dijimos que sí. Lo único con lo que hemos jugado es con las fechas de entrada en vigor, para situarla en plena temporada turística, con el fin de equiparar costes, y dicen que no».

El delegado de Acción Sindical de CC OO, Antonio Cifre, dijo al término de la última reunión de ayer que, mientras que el sindicato pide un incremento del 17 por ciento para ese período, la patronal «sólo está dispuesta a ofrecer un 15%». «Por dos puntos nos abocan a la huelga», denunció.