Casualidad, mala suerte o consecuencia. El caso es que la pérdida del mercado escandinavo de la que han alertado los hoteleros de Sant Antoni, que han recibido ya un aviso oficial del Scandinavian Leisure Group comunicando la cancelación de su programa para el año que viene, ha llegado precedida de fallos en la estrategia de promoción turística en estos países.

Fomento del Turismo lo señaló claramente en su última asamblea general ordinaria y así lo recoge su memoria del año 2000. «Lamentablemente, el retraso en la firma del convenio tripartito entre el Consell Insular, Cámara de Comercio y este Fomento, impidió la continuidad de las acciones realizadas durante el año anterior, si bien se ha recuperado desde principios del 2001», dice literalmente el texto presentado por el gerente de la institución, Jorge Alonso.

En el año 1998, el entonces presidente del Consell Insular, Antoni Marí Calbet, del Partido Popular, anunciaba la puesta en marcha de una campaña financiada junto a la Cámara de Comercio para recuperar el turismo escandinavo. Se habló entonces de que estos clientes, de elevado poder adquisitivo, habían dejado de venir a Eivissa pese a que en otras décadas la isla había sido uno de sus destinos favoritos. La falta de enlaces aéreos directos y de programas organizados de los touroperadores era una de las carencias que la campaña quería ayudar a solventar. Y se consiguió. De un año para otro, Fomento del Turismo anunció que varios mayoristas escandinavos habían incluido a Eivissa en sus programas y los resultados no se hicieron esperar.

En 1998, el turismo danés, noruego, sueco y finlandés sólo trajo 3.400 clientes. Un año después, la cifra había subido a los 15.000. Y Sant Antoni fue, precisamente, el municipio que más notó el incremento, ya que se calcula que los escandinavos representaron el año pasado 100.000 estancias turísticas.