El consejo de administración del Instituto Balear de Saneamiento
(Ibasan) se reunirá el lunes en Palma para tratar, entre otras
cuestiones, una serie de mejoras necesarias en las estaciones
depuradoras de aguas residuales (EDAR) de las Pitiüses). Entre los
temas estrella figura uno que el propio gerente, Mateo Horrach, ha
decidido presentar personalmente en ese encuentro, aunque es el
fruto de las presiones ejercidas últimamente por los vecinos y por
el Consistorio de Eivissa: la elaboración de un estudio que
determine por qué la planta de Vila produce tantos problemas y qué
actuaciones se deben llevar a cabo para acabar con esa molestia.
Ese estudio, que deberá ser redactado por una empresa externa,
tendrá que determinar, además, si la EDAR produce gases nocivos
para la población que reside en los alrededores. El propio director
territorial, Ramon Mayol, admitió ayer a este periódico que la
planta desprende emanaciones de gases que, según recoge un estudio
interno elaborado hace tiempo, hacen recomendable el uso de
máscaras en determinados lugares del interior de la instalación. Al
tratarse de un estudio antiguo, el director territorial considera
que es necesario hacer otro nuevo para comprobar si la situación se
ha desbocado y, tal como se sospecha, los gases de la depuradora
pueden estar afectando a la salud del vecindario.
Según Mayol, para que el estudio sea eficaz debe elaborarse «no
en noviembre, sino en julio o agosto, cuando hay más problemas». El
trabajo, que posiblemente será aprobado en la reunión del lunes,
deberá detectar cuál es el verdadero problema de la depuradora, así
como aportar soluciones. El concejal de Obras de Eivissa, Antoni
Roldan, se congratuló de que el gerente del Ibasan haya dado ese
paso, pero también advirtió de que el Consistorio se mantendrá
firme para exigir que se elimine drásticamente ese problema,
pesadilla de los allí residentes.
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