La Delegación del Gobierno en Balears manifestó ayer que la
decisión de la titular de este departamento, Catalina Cirer, de
nombrar en mayo de 1997 a Luis Carlos Fernández Tejerina como
director insular en Eivissa y Formentera «no es reprochable» pese a
que haya sido anulada por una sentencia del pasado mes de diciembre
emitida por la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal
Superior de Justicia (TSJ) de Balears.
Según una nota de prensa oficial remitida por la representación
en las Islas del Gobierno central, Fernández Tejerina «fue nombrado
para un puesto reservado a funcionarios reuniendo las condiciones
exigidas en la convocatoria». Para argumentar esta opinión, la
Delegación del Gobierno cita la Disposición Transitoria Quinta de
la Ley 30/1984, de 2 de agosto, de Medidas de Reforma de la Función
Pública en la que se señala que «a efectos de lo dispuesto en esta
Ley, se considerará equivalente al título de diplomado
universitario el haber superado tres cursos completos de
licenciatura».
Dicha nota no hace referencia alguna a las contundentes
afirmaciones de la sentencia en la que se manifiesta, por ejemplo,
que «no hay duda que el nombrado lo fue en resolución huérfana por
completo de motivación ya que no cumplía el requisito de
titulación». Se exigía, al menos, diplomatura universitaria, pero
Fernández Tejerina sólo acreditó tres cursos de Derecho.
Para Francisco Sancho, el letrado que recurrió el nombramiento
de Tejerina, la línea de defensa utilizada ayer por la Delegación
del Gobierno «no tiene ni pies ni cabeza» y la tachó de explicación
«bastante pobre» para una Administración que, a través del abogado
del Estado, conocía esta sentencia desde diciembre y no desde hace
tres días como él.
Sancho, que representaba ante la Justicia a su hermano Daniel,
el cual se presentó al puesto para el que fue nombrado Tejerina,
explicó que está estudiando la sentencia para decidir si se debería
reclamar «por las actuaciones no ajustadas a derecho de Fernández
Tejerina». Y añadió que todas lo fueron, dado que se ha anulado su
nombramiento. «Hay muchas personas agraviadas», opinó, aunque
puntualizó que él no va a dedicarse a impugnar uno por uno los
actos del ex director insular, sino solamente los que considere que
le han podido perjudicar a él o a sus clientes, porque esa es su
tarea. Sancho reconoció estar cansado «de cuatro años de
padecimiento» y trabajo para demostrar que no se obró bien.
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