Nélida Boned es la encargada de dirigir a la formación musical. Foto: M.FERRER.

Con los acordes de la 'Peasant Suite' de Bela Bartok, una pieza con mucho ritmo y subidas y bajadas de intensidad sonora, el grupo de quince alumnos de la formación orquestal del Conservatori ensayan algunos de sus movimientos. «Son piezas cortas con contrastes que han sido adaptadas a los conocimientos y capacidades de los alumnos», explicó Nélida Boned Bufí, profesora superior de piano que dirige la formación orquestal.

«Se trata de una actividad que está incluida dentro del programa curricular del centro y de los cursos a partir de grado medio, y una vez a la semana llevamos a cabo una clase en la que se interpretan piezas orquestales y coinciden alumnos de diferentes especialidades del centro a excepción de piano, guitarra e instrumentos de púa», comentó la profesora.

En las últimas semanas los ensayos se han intensificado y pulido mucho más las interpretaciones de cada uno de los integrantes de esta formación, que tiene previsto dar el concierto a finales de mes. Son alumnos de violín, violonchelo, flauta, clarinete y percusión mayoritariamente de 1º y 2º de Grado Medio que presentarán al público un repertorio formado por una docena de piezas cortas.

Lo más interesante de esta actividad tanto para el Conservatori como para los propios alumnos que participan en ella es la conjunción e interrelación entre músicos de diferentes disciplinas. «Forman una pequeña sociedad musical en la que están obligados a trabajar de manera conjunta o amoldarse los unos a los otros hasta conseguir un sonido de grupo», relató Boned, quien destacó la importancia de este tipo de clases y prácticas musicales a la hora de formar a los músicos noveles, ya que están acostumbrados a recibir clases de manera individual y a escucharse.

«Con la formación de orquesta te acostumbras a interpretar en público y a escuchar a los demás», dijo una de las integrantes de la formación, algo con lo que están de acuerdo el resto de sus compañeros que dependen los unos de los otros para que todo salga bien. Así la flauta y violines primeros marcan la melodía, los violines segundos, violas y clarinetes realizan el contracanto y la percusión da el aporte rítmico a cada pieza.