Los ayuntamientos de Sant Josep y Sant Antoni, el Consell Insular y
la Delegación del Gobierno acordaron ayer una serie de medidas para
controlar los aforos y los horarios de las discotecas. Las tres
instituciones (municipal, insular y estatal) coordinarán esfuerzos
para «actuar conjuntamente» y evitar que las salas de baile apaguen
sus equipos de música horas después de lo que permiten las
ordenanzas, así como para impedir que accedan a ellas hasta cinco
veces más clientes de los permitidos, según explicó la directora
insular de la Administración del Estado, Marienna Sánchez-Jáuregui.
Para que las denuncias que formulen las policías locales o la
Guardia Civil no caigan en saco roto, el Consell Insular elaborará
un «protocolo de actuación», que servirá a los agentes para
«recoger correctamente las infracciones, de manera que se pueda
formular de forma adecuada el expediente sancionador», según
detalló el vicepresidente segundo del Consell, Santiago Ferrer. Si
se sigue ese protocolo, los contenciosos que promuevan las
discotecas tendrán pocas garantías de éxito. Ese documento, que
estará listo dentro de dos semanas, se redactará siguiendo los
consejos del Govern balear.
«Habrá inmediatez en la aplicación de las sanciones», subrayó
Santiago Ferrer. Una vez formulada la denuncia, el Consell Insular
se encargará de elaborar el expediente y proponer las sanciones:
«Este verano -advirtió- no se deben producir situaciones de peligro
por exceso de aforo».
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