Más de 300 ecuatorianos, en su mayoría mujeres, residen en Eivissa en la actualidad trabajando como cuidadores de niños y ancianos y en la construcción. En Balears suman 5.000 y en el conjunto del Estado 600.000 personas. Este éxodo masivo a España ha provocado la reacción inmediata de organizaciones como la Coordinadora de Movimientos Sociales de Ecuador, que está efectuando una gira por el territorio nacional para comprobar in situ la situación de sus compatriotas e idear proyectos para garantizarles un futuro en el que su presencia no sea percibida como una invasión.

El turno de Eivissa llegó ayer. Napoleón Saltos y Marcelo Román, miembros de la Coordinadora y del Movimiento Pachakutik, explicaron ayer que el objetivo para los ecuatorianos en Balears es conseguir que sus empleos sean estables, dado que la media de duración actual es de dos o tres meses. Una de las ideas que se barajan, según Napoleón Saltos, es crear mecanismos de microempresas colectivas; pequeñas cooperativas dedicadas a algún trabajo específico.

Para activar estas y otras medidas esta delegación de Ecuador está entablando contactos con autoridades locales, organismos de cooperación, con el Parlamento balear y el Gobierno central.

Saltos y Román aprovecharon su visita a Eivissa para dejar patente una queja. En 1940 se firmó un acuerdo entre Ecuador y España de doble nacionalidad. «Cuando la población española necesitaba emigrar se la recibió con los mismos derechos que un ciudadano ecuatoriano», matizó Saltos. Es evidente que, ahora que el país sudamericano atraviesa una grave crisis, «la recepción de esta población no ha sido ni tan abierta ni en igualdad de condiciones ni derechos». En su intervención ayer en la sede de CC OO los representantes de la Coordinadora estuvieron arropados por Carmen Duarte, del Centro de Información al Trabajador Extranjero (CITE).