ÓSCAR DELGADO Las campanas de la parroquia Nuestra Señora Madre de la Iglesia y los ritmos imprimidos por la Banda de Tambors, Cornetes i Majorettes de Santa Eulària anunciaron a primera hora de la mañana en Puig d'en Valls la celebración de su día grande de fiestas. Esta llamada de atención se convirtió en el primer reclamo que atrajo a numeroso público al recinto religioso. Aunque no fue hasta las once y media, horario marcado para el inicio de la misa solemne, cuando la respuesta de gente se convirtió en popular, dando sentido a las celebraciones folklóricas previstas .

Las calles de la localidad sirvieron de improvisado circuito a los más de veinte carros antiguos que participaron en la desfilada que tuvo lugar al finalizar la Eucaristía y la posterior procesión. Las autoridades contemplaron el desfile desde el balcón del centro social de Puig d'en Valls. Mientras, los asistentes se dedicaron a degustar el convite que les ofreció la comisión de fiestas. Varias bandejas de orelletes y porrones de vi pagès sirvieron para abrir el apetito. A las dos, la gente se recogió.