Hace escasamente un mes que Proyecto Hombre está asentado en Eivissa, donde se realizan dos de las fases de desenganche de las drogas: el diagnóstico y la reinserción laboral. Alberto se encuentra en plena reinserción, después de diez años consumiendo y dos sin probarlas. Desde su propia experiencia, relata los motivos que le ha llevado a ser un toxicómano y decidir desengancharse. «Entras en un círculo cerrado, que es muy difícil romper. Todas tus amistades consumen y romper con eso es cambiar con tu vida y no es fácil», explica.

De la noche a la mañana decidió dejar de consumir y entró en contacto con Proyecto Hombre. «Nunca había hecho un programa de éstos, he aprendido mucho, porque yo cambiaba de sitio, pensando que era el problema, pero eres tú», añade. Discotecas, amigos y copas, un ambiente que puede influir en esta conducta, pero que es indistinta la ciudad en la que se resida. Alberto llegó un momento en el que pensó que «el raro es el que no consume, todo el mundo lo hace». Sin embargo, un día decidió abandonarlo.

No fue una decisión precipitada. «Te das cuenta de que te equivocas, pero no sabes cómo cambiar el hábito de consumir. Has estado toda una noche consumiendo, haciendo el imbécil, te gastas el dinero y tiras tu vida sin ninguna satisfacción», afirma. Sin embargo, el camino no es sencillo, sobre todo si lo haces por cuenta propia: «He tenido un par de tropezones y he vuelto otra vez. No es fácil encontrar amigos y cambiar de vida».

Alberto lleva un año y medio en Proyecto Hombre intentando desengancharse. La última fase, la reinserción laboral, la hace en Eivissa. Su experiencia ha sido muy valiosa: «Hay cosas que sabes, son evidentes y sencillas, pero nunca me había parado a pensar a dónde me podían llevar estas cosas en mi vida personal, como conocerme a mí mismo o actuar en una determinada circunstancia. Aprendes a conocerte tu mismo, solucionar los problemas y afrontar lo que te va ocurriendo. Estoy muy satisfecho».