El hecho de que el informe técnico que debe realizar el Ayuntamiento de Eivissa sobre el estado en el que se encuentra el edificio de los vecinos desalojados por el derrumbe de Viajes Barceló se esté retrasando ha provocado un enorme malestar entre los afectados, según manifestó ayer un portavoz del colectivo. Dos meses después del siniestro que les obligó a abandonar sus hogares, los afectados por el derrumbe aun no saben si el edificio en el que residían es rehabilitable o si, por el contrario, está en estado ruinoso y debe ser demolido.

El portavoz del colectivo de vecinos asegura que el Consistorio les prometió que el informe sobre el estado de sus viviendas estaría listo «en dos o tres semanas a partir de la fecha del siniestro», el pasado 26 de enero. Sin embargo, los afectados siguen esperando este informe «como agua de mayo», señaló el portavoz de los vecinos, que, en estos momentos, ya viven o buscan pisos de alquiler. La incertidumbre de no saber por cuánto tiempo van a tener que vivir de esta manera les preocupa. El hecho de que muchos arrendadores necesiten saber con antelación el tiempo de estancia en sus viviendas «es un problema grave cuando realmente desconocemos este período», manifiesta el colectivo.

Los portavoces de estos afectados descalifican las declaraciones del concejal municipal Joan Boned, «en las que aseguró que el informe técnico sobre el estado de sus viviendas dependía del peritaje de los seguros». Los vecinos creen que esta opinión no tiene base porque el informe técnico «no tiene nada que ver con el trabajo de las aseguradoras».

«La gente necesita estabilidad», señala el portavoz de los vecinos, que añade que «hay algunos vecinos que están necesitando tratamiento psicológico». Los problemas personales se agravan porque «muchos de los afectados son gente joven que ha invertido todos sus ahorros en estas viviendas y, en algunos casos sólo ha podido disfrutar de sus casas durante un par de meses», relatan.