Las muestras de una vaca de nueve años perteneciente a la ganadería «Santa Eulalia» de Es Mercadal, Menorca, han dado positivo en el análisis para detectar encefalopatía espongiforme, por lo que tendrán que ser enviadas al laboratorio de Zaragoza antes de una semana para que se ratifique el dictamen, según confirmó ayer el conseller d'Agricultura i Pesca, Mateu Morro.

Este animal, destinado a la producción de leche y queso, se rompió una pata el 22 de enero y se sacrificó. El propietario, un joven que había alquilado la finca, se dirigió entonces a los técnicos de la conselleria para acogerse a los enterramientos controlados permitidos por el Govern desde la pasada semana. Cumpliendo el trámite obligatorio previo a la exhumación, el técnico cogió una muestra del animal y la envió al laboratorio de Algete, Madrid, y los análisis resultaron positivos.

La Conselleria, según Morro, está investigando la procedencia del animal, que se encontraba en una explotación de 66 reses, ya que el joven propietario la compró hace unos años a otro ganadero de la Isla. Fuentes cercanas a la investigación aseguran de manera oficiosa que el animal fue importado.

Los técnicos han desenterrado al animal y lo han congelado en un lugar desconocido a la espera de que se decida cómo y dónde destruirlo. Morro, en este sentido que la detección de este posible caso, que deberá ser confirmado por el laboratorio de referencia de Zaragoza, se ha producido tras remitir el Govern 46 muestras de vacas distintas al laboratorio de Algete, encargado de los primeros análisis, resultando todos negativos. El conseller d'Agricultura advirtió que de momento este es un caso «sospechoso» y recordó que en Navarra la prueba practicada en Algete a una muestra de una vaca dio positivo y después el laboratorio de referencia descartó que padeciera la encefalopatía espongiforme bovina.