El buen humor reinó durante los 9 kilómetros del trayecto de la 'pujada a peu' a Corona.

EVA ESTÉVEZ «La primera 'pujada a peu' a Corona, organizada en 1988 prohibía hablar de política e invitaba a disfrutar del entorno sin ensuciarlo», comentaba ayer Vicent Planells, uno de sus promotores. La de 2001, fiel a este mensaje y siguiendo la evolución ascendente de los últimos años, reunió a más participantes no sólo de Sant Antoni sino de toda la isla, que acudieron a realizar uno de los recorridos paisajísticos más atractivos de la isla en invierno.

Fieles a la cita anual después de la semana de celebración del patrón, San Antonio, ayer más de 600 personas se reunieron en el Ayuntamiento a las 10'00 de la mañana para emprender camino hacia Corona. Fueron 9 kilómetros recorridos paso a paso en los que entre los participantes se encontraban el propio alcalde, Antoni Marí Tur, y los concejales de Medio Ambiente, José Ramón Serra; Fiestas, José Cardona, y la de Urbanismo, Blanca Castiella, que al igual que sus convecinos tardaron en realizar la subida al valle de los almendros en flor alrededor de dos horas y media.

El recorrido incluyó dos paradas: la primera de ellas para escuchar misa en la Cova de Santa Agnès y la segunda en el Mirador, donde la organización repartió botellas de agua y los tickets para la posterior degustación de torrada. El Ayuntamiento, en colaboración la asociación de vecinos de Santa Agnès y Coca-cola, repartió más de 600 lotes con sobrasada, chuletas de cerdo y panceta entre los caminantes para que repusiesen fuerzas antes de volver al punto de partida.