La economía pitiusa adolece de una excesiva dependencia del turismo, según la Unión Europea.

Un informe realizado por la Comisión Europea sobre Balears en 2000 advierte a las Pitiüses de «la imperiosa necesidad de apertura económica a las relaciones comerciales con la UE». Así, el estudio señala que el grado de apertura exterior de la economía balear con la Unión Europea «es muy reducido» si se compara con la media de la economía española.

El diagnóstico que refleja en estudio establece una serie de puntos fuertes y débiles de la región que se detectan especialmente a las Pitiüses y en Mallorca. Entre los factores negativos está un importante desempleo estacional y bajos niveles de formación de la mano de obra; dependencia excesiva de las actividades vinculadas al sector turístico, «que ha ido fagocitando las actividades industriales tradicionales»; la elevada dependencia de los operadores de viajes y deficiencia de las reinversiones en infraestructuras turísticas. Por otra parte, señala fragilidad del medio natural-deforestación; explotación excesiva de las capas freáticas y «la mentalidad de la sociedad civil e instituciones, demasiado orientada a la explotación de los recursos de las islas con unas perspectivas a corto plazo».

Como aspectos favorables cita la elevada tasa de actividad y la reducida tasa de desempleo en relación a las demás regiones españolas; experiencias positivas de agricultura intensiva con tecnologías avanzadas; buenas condiciones climáticas, calidad paisajística con capacidad para sostener el desarrollo del sector turístico e importantes conocimiento turísticos.

Teniendo en cuenta lo expuesto, el informe sugiere orientar la economía «hacia una diversificación en su estructura sectorial y de la oferta turística», evitando la «tendencia a concentrar las ventas en el mercado insular». Debe buscarse, además, «proteger los recursos naturales y dar un fuerte impulso a la formación y profesionalización de los recursos humanos». Como conclusión, señala que las Pitiüses padecen de un déficit en términos de industrialización y fragilidad de un entorno natural que «requiere la defensa de un desarrollo que prevenga los desastres ecológicos».