El alcalde de Eivissa, Xico Tarrés, recibió ayer a un grupo de representantes de la Asociación de vecinos y comerciantes del puerto de Eivissa, a los que anunció que esta temporada quedará prohibida totalmente en esta zona la actividad de los ticketeros.

Según explicó al término del encuentro el portavoz del colectivo vecinal, Marcel Martí, el alcalde fue «tajante» en este tema y explicó que se iba a prohibir la actividad de los ticketeros porque el acuerdo al que se llegó el año pasado con los responsables de las discotecas no había dado buenos resultados. «Y en cuanto a los captadores de clientes que hay en los bares para convencer a la gente de que se siente a tomar una copa nos ha dicho que serán muy estrictos con la aplicación de la ley, que señala que sólo puede haber un relaciones públicas por cada siete empleados», añadió Martí.

La asociación planteó una serie de reivindicaciones durante la reunión y quedó bastante satisfecha con las respuestas de Tarrés porque, según ellos, si realmente se toman las soluciones que ayer se les anunció «en el plazo de tres o cuatro años el puerto de Eivissa puede convertirse e un auténtico paseo como Dios manda». Así, en materia de seguridad ciudadana, el Ayuntamiento anunció que ya existe vigilancia policial continua en el retén de sa Penya y que se ha asignado al puerto un policía de barrio.

Otro de los problemas que más preocupa a la asociación es el de la reordenación del puerto cuando el dique de Botafoc esté finalizado. Los vecinos recordaron al alcalde su deseo de que se saquen de la ciudad «todas las actividades molestas». Además, la asociación redactará un informe que se enviará al departamento de obras para que se revisen el alcantarillado de la calle Garijo que, pese a ser de construcción reciente, tiene deficiencias. Finalmente, los vecinos pidieron un buzón de correos y nuevo mobiliario urbano.