El Govern balear comenzará a realizar los test para detectar encefalopatías espongiformes en la cabaña vacuna de las Islas a partir del mes de febrero, cuando esté preparado el laboratorio específico en la sede del Ibabsa. Aunque, mientras tanto, los restos de los animales sacrificados con más de 30 meses son enviados a un laboratorio de Aljete, (Madrid), para garantizar que no tienen la enfermedad de la vacas locas, según comentó ayer Mateu Morro, conseller del sector.

Morro, que ofreció una rueda de prensa junto a las conselleras de Sanitat y Medi Ambient, Aina Salom y Margalida Rosselló respectivamente, aseguró que, hasta el momento, se conocen los resultados de dos de los nueve análisis realizados en animales de más de 30 meses sacrificados en las Islas y que ambos han dado un resultado negativo.

Los tres consellers, que se reunieron con Antich para analizar el problema del mal de las vacas locas y su repercusión en las Islas, hicieron un frente común para tranquilizar a los consumidores del Archipiélago respecto al consumo de carne de ternera y garantizaron que ningún material específico de riesgo, MER, «ha entrado o entrará en la cadena alimenticia».

Reiterando que en las Islas se cumplen las normativas europeas sobre extracción y almacenamiento de los restos de animales de riesgo, los consellers recordaron que se está en contacto con una empresa de Barcelona con objeto de trasladar los desechos hasta allí para que sean incinerados.