Los asistentes ayer a la conferencia que impartieron Maria José Jauma y Arnau Pascual, psicopedagogos del Equipo de Atención Temprana, conocieron las claves del desarrollo neuropsíquico de los niños en sus tres primeros años de vida. A lo largo de este intervalo de tiempo los pequeños es cuando asumen el desarrollo de sus partes vitales. De que se produzca sin anomalías son en gran medida responsables sus padres.

La ponencia comenzó con una descripción de las reacciones más comunes que produce el cuerpo en esas edades, para después concretar cómo se podía fomentar un desarrollo correcto desde cuatro áreas: motora, cognitiva, asociacional y capacidad de comunicación. Los niños en esos momentos de la vida necesitan mucho cariño, aunque, como defiende Maria José Jauma «no hay que caer en la sobreprotección, es decir, al niño hay que dejarle que explore, que se ensucie, o que toque, de ello dependerá que crezca sin ningún retraso».

Cada pequeño se desarrolla de una manera más o menos rápida, de ahí que no se puedan establecer parámetros universales de comportamiento para sus progenitores. La psicopedagoga añade que «no es necesario una formación estricta en este sentido, sí una orientación, ya que los padres forman a sus hijos de manera intuitiva, sólo es necesario darles un poco de forma».