EVA ESTÉVEZ Son cinco metros de diámetro y alrededor de metro y medio de alto de romero, medidas un tanto inusuales y muy llamativas de esta especie típicamente mediterránea que se puede encontrar en cualquier bosque de nuestras islas.

El secreto de tal envergadura está en plantar el esqueje «con poca tierra y darle mucha agua», señalaron Vicente Torres Colomar y María Ferrer Marí, propietarios de este enorme romero al que únicamente riegan de vez en cuando en verano y trampean con numerosos palos para que sus ramas no toquen suelo.

«Hace unos doce años fuí un día al monte a por setas, ví un matorral de romero y cogí una ramita de unos cinco o diez centímetros y me lo traje de recuerdo a casa para plantarlo». Así es como Vicente Torres Colomar recogió y posteriormente plantó el enorme ejemplar de romaní que hoy le da sombra y cobijo en su casa de Sant Carles y del que «decíamos su tamaño por el número de personas que dormían debajo. H0.asta cuatro, explicó María Ferrer Marí. Desde entonces este árbol no ha parado de crecer empezando a dar muestras de sus especiales dimensiones en los últimos tres años «que fue cuando empezó a abrirse y empezamos a instalarle las tablas para que se aguantase mejor», explicó Vicente Torres.

A pesar de conocer las posibilidades culinarias y medicinales del romero «que es algo muy sano al que siempre se le ha dado mucha importancia», este matrimonio confesó no utilizarlo , «aunque algunos conocidos vienen a buscarlo para hacerse infusiones con la flor para el constipado», señaló María. Las características del terreno en el que se asienta el jardín de este matrimonio de Sant Carles aficionado a la jardinería les han permitido disponer en su terreno de especies tan exóticas como el platanero y la papaya.