EVA ESTÉVEZ No vende carne de cerdo y todos los ejemplares de pollo, cordero, cabrito, ternera y conejo puestos a la venta han sido degollados de lado a lado previamente en el matadero para que expulsen toda su sangre, elemento que según los principios del Corán no es bueno para la salud. Estas dos son las características básicas que diferencian a la carnicería islámica 'Hamoudan' de una convencional, además de realizar un rito a la hora de sacrificar al animal «mirando al sol y mencionando a 'Besmialah' (Dios en musulmán)».

Presidida por una reproducción de la escritura sagrada musulmana, la carnicería islámica 'Hamoudan', regentada por Ahmed Hamoudan desde hace tres años en el barrio de ses Figueretes, es la única de estas características que funciona en la isla y que da cobertura a un público variado, integrado en su ochenta por ciento por marroquíes.

«Cada uno tiene su religión, y tanto yo como mis compatriotas cuando llegamos aquí hace 16 años, teníamos bastantes problemas para conseguir carne en condiciones», comenta Ahmed. «Teníamos que ir a las zonas de campo a comprar los corderos y sacrificarlos, y era un problema». De modo que este marroquí se animó a abrir una carnicería que hiciese frente a las necesidades de toda la comunidad musulmana de la isla.

Este establecimiento, situado en la calle Formentera, también dispone de una amplia selección de productos típicos importados de Marruecos como especias, tés, refrescos, cous-cous comidas preparadas y hasta teteras.