Eric de Bont, profesor de la escuela de 'clowns', posa junto a la iglesia de Sant Josep. Foto: V. FENOLLOSA.

Bienvenidos a la fiesta de los fracasos. Esta sentencia sirve para definir la experiencia vivida ayer en la Sala Europa, donde los alumnos de clown de la «Bont's International Clownss School» ofrecieron una clase abierta al público. Su profesor, Eric de Bont, imparte lecciones de este modo de entender la vida a grupos reducidos de personas a lo largo de todo el año y periódicamente, como ayer, los reúne de cara al público para que demuestren lo que han aprendido de la filosofía clown.

«El clown no quiere parodiar, sino imitar actividades que la gente realiza en su vida cotidiana. Pero al imitar se encuentra con la tragedia y el éxito a la vez. Por ejemplo, si un clown trata de imitar los movimientos de un gimnasta, éstos le saldrán mal, lo que de verdad se convierte en el detonante de las risas. El fracaso provoca la desesperación del clown, que comparte con el público». Así explica Eric de Bont la filosofía de actuación clown.

Pero los pasos que se requieren para llegar a imitar la manera de trabajar de las personas convirtiéndolo en parodia se consigue tras un proceso de adaptación a esta forma de interpretar la realidad. «El clown no tiene que actuar, tiene que ser transparente. Aquí es donde consigue el éxito, donde no quiere tenerlo», señala Eric de Bont.

La Sala Europa recogió algunos de los fracasos que el profesor ha sabido despertar en sus alumnos. «La suma de las situaciones surgidas de manera espontánea en el escenario es un barril de desesperación, que puede fracasar totalmente o ser un éxito enorme. Pero es divertido», afirma el profesor.