Una muestra de las consecuencias de las lluvias y los vientos registrados ayer en las Pitiüses. Foto: K. TABERNER.

«Me he calado hasta los huesos». Este fue el comentario que más se repitió ayer entre los pitiusos que salieron de casa o del trabajo en el intervalo comprendido entre las 12'00 y las 13'00 horas. Así, en el aeropuerto de Eivissa se llegaron a recoger 26 litros por m2 en una hora, según los datos del Instituto Nacional de Meteorología.

A pesar de que los meses de septiembre y octubre han sido especialmente lluviosos, las Pitiüses continúan padeciendo déficit de precipitaciones (un 20 por ciento) para paliar la sequía que se registra desde principios de año. Las temperaturas subieron en relación a los días anteriores y se mantuvieron suaves, con 22 grados centígrados de máxima y 17 de mínima.

Los vientos, sin ser huracanados, alcanzaron los 40 km/h, lo que ocasionó molestias a los viandantes, al tráfico rodado y afectó a los trayectos marítimos entre Eivissa y Formentera. El «Arlequín Rojo» no pudo efectuar las dos salidas en ambos sentidos previstas para la mañana. Por su parte, el «Illa de Formentera», de Inserco, permaneció amarrado en el puerto de la Savina. Sin embargo, las operaciones de los rápidos no se cancelaron. Las olas alcanzaron los tres metros en la zona comprendida entre el Puerto de Eivissa y es Freus, mientras que entre es Freus y el puerto de la Savina la mar estaba más en calma.