Los mayores esperaron en el autobús que les llevaran al hotel para dejar el equipaje. Foto: M. FERRER.

El turismo tranquilo ha aterrizado en Eivissa. Un grupo de 100 pensionistas llegó ayer subvencionado por el programa Imserso 2000-2001 procedente de Madrid y Barcelona. Para la mayoría será la primera visita a las Pitiüses. Buscan tranquilidad, climatología apacible y crear amigos. Por un poco más de treinta mil pesetas cada uno, podrán cumplir sus deseos.

Les esperan dos semanas plenas de actividades. Las excursiones ocuparán gran parte de su tiempo, lo que les servirá para conocerse mejor. Ayer en el aeropuerto sólo existió el diálogo entre las personas que llegaban juntas, amigos o matrimonios. No obstante, están abiertos a que el viaje se convierta en un pretexto para conocer nuevos amigos.

Hoy mismo comenzarán a conocer las Pitiüses. La organización ha previsto realizar la vuelta a Eivissa, una excursión a Formentera y un «crucero pirata» a bordo de un barco simbolizado con la bandera de la calavera sobre fondo negro y un capitán Nemo a bordo que les mostrará desde el mar la bahía de Sant Antoni.

Hasta primeros de mayo las Pitiüses recibirán cada semana grupos de mayores que viajaran de forma organizada y que se quedarán por espacio de quince días cada uno. Y es que con la llegada de la temporada otoño-invernal, ellos pasan a ocupar el protagonismo de un destino turístico camaleónico. Del ajetreo juvenil y extranjero de las discotecas en el verano se pasa a la tranquilidad de los visitantes en invierno.