El homenaje a los corsarios ha eliminado todos los aspectos militares de antaño. Foto: V.F.

L a recuperación del acto de homenaje a los corsarios en el monumento a los mismos justo delante de la Estación Marítima fue el acto más destacado de la jornada de ayer en la que la parroquia de la Marina homenajeaba a su patrón San Salvador.

Los actos comenzaron con una misa solemne a las ocho de la tarde en la iglesia de Sant Elm concelebrada y presidida por el obispo de Eivissa, Agustín Cortés, a la que asistieron numerosas personalidades como el alcalde de la ciudad, Xico Tarrés; la presidenta del Consell, Pilar Costa; el senador Enrique Fajarnés; la directora insular, Encarnación Sánchez-Jáuregui, y varios miembros tanto del Consell Insular como del Ayuntamiento de Eivissa. Tras la conclusión del acto religioso la mayoría de asistentes y todas las personalidades se dirigieron hasta el obelisco, monumento que homenajea a los corsarios y a las gentes del mar de la isla, para participar en un acto tradicional dentro de las fiestas de la ciudad que se había suprimido en la anterior edición de los festejos por motivos políticos.

En esta ocasión, los responsables de la organización de las fiestas apostaron por una celebración sencilla que por primera vez no contó con la presencia de ningún tipo de representación de las Fuerzas Armadas y en la que la presidenta del Consell Insular, Pilar Costa, junto con el alcalde de la ciudad, Xico Tarres, depositaron la corona de laurel en el monumento, simbolizando el recuerdo y respeto de todos los ciudadanos hacia los corsarios y marinos, piezas fundamentales en el desarrollo y evolución de la historia y sociedad ibicenca.