Los vecinos de la plaza de sa Carrosa, en Dalt Vila, celebraron ayer con toda la ciudad las fiestas de San Pedro. A pesar de que esta festividad ya pasó, la Asociación de Vecinos, organizadora de los actos, retrasó gran parte de los actos hasta ayer para que pudieran asistir cuantas más personas mejor. Esta celebración, de gran arraigo décadas atrás en Eivissa, se recuperaron hace aproximadamente tres años por el empeño de esta comunidad vecinal. El día grande, el pasado jueves, se ofició una misa en la iglesia de Santo Domingo "de la parroquia de San Pedro" a la que siguió un pequeño convite para todos los asistentes.

El acto principal de la jornada de ayer constituyó un mercadillo artesanal que se instaló alrededor de la estatua del canonge arxiver Isidoro Macabich. Allí se colocaron varias mujeres vestidas con el traje típico de payesa para mostrar a todos los espectadores cómo se fabricaban antaño las espardenyes de pitra o los mantones negros. La fabricación de toda estas piezas es muy lenta y absolutamente artesanal, algo que sorprendió a los numerosos turistas que por allí se acercaron. Para participar en esta demostración se acercaron hasta sa Carrosa miembros de sa Colla de l'Horta, de Jesús, y de otras agrupaciones folklóricas de Sant Josep, Sant Antoni y Puig den Valls, entre otros lugares, como señaló María Torres, miembro de esta Asociación de Vecinos «desde hace más de 24 años».

Unos metros más allá, el conocido menestral Toni Pou se encargaba de construir, paso a paso, algunos instrumentos típicos, como castanyoles o tambors. Para ello acercó hasta el lugar unas cuantas herramientas de su taller y los materiales necesarios para la demostración. Sobre la mesa en la que trabajaba este artesano se podía observar el resultado final del proceso, cuando, tras un buen par de horas, la pieza brilla ya con una capa de barniz y lucen sus dibujos grabados.