Justo una década después de que los alumnos de la Escola d'Art se atrevieran a presentar por vez primera el trabajo realizado durante el curso, la institución emprende un nuevo reto. La pasarela «Mostra Moda» que desde entonces ha venido a demostrar las aptitudes de los estudiantes tras el desarrollo del calendario escolar fue sustituida anoche por la inauguración no oficial del certamen Adlib 2000.
El cambio de escenario -el Baluard de Santa Llúcia fue el lugar escogido para la ocasión- y el uso de 40 profesionales luciendo los modelos -frente a los propios creadores tal y como ocurría anteriormente- no fueron las únicas novedades. La oportunidad dada por el Patronato de la Moda -entidad encargada de organizar el evento- se aprovechó además para enseñar las obras realizadas a lo largo de los últimos diez años por estos diseñadores del futuro, quienes realizaron una apuesta arriesgada en su conjunción de imaginación y funcionalidad.
Al margen de tendencias, cada uno de los 43 vestidos presentados comprendía una forma de entender el arte. Colores arrogantes, formas imposibles, lecciones de reciclaje o cortes extravagantes se fundían al paso siguiente con estructuras sencillas o tonalidades pastel. Unas 700 personas asistieron a esta primera cita en la que el viento cobró protagonismo y que el conseller d'Indústria, Josep Marí Ribas, calificó como «un estímulo para seguir adelante». El vicepresidente del Patronato de la Moda acompañó a Raquel Revuelta en los instantes iniciales del montaje, siendo la Miss España la que continuaría haciendo las veces de anfitriona.
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