El aumento de superficie que ha supuesto la reforma de la sede de la Agencia Tributaria en Isidoro Macabich sorprendió a los primeros usuarios de las oficinas remodeladas, que abrieron sus puertas ayer, coincidiendo con el cierre de las de Vía Púnica. A pesar de que las cajas de cartón repletas de documentos y ficheros aun sin desembalar se reparten por todo el edificio, las instalaciones ya cuentan con el equipo humano y técnico necesario para atender a los contribuyentes. Una de las mejoras más evidentes y plausibles de las nuevas oficinas es un elevador de sillas de ruedas en la escalinata principal.

El edificio reformado mantiene un estilo funcional y cuenta con cuatro plantas. En la baja están las oficinas de gestión tributaria, la caja, el mostrador de venta de impresos y el registro general. El resto de ventanillas de gestiones y despachos se reparten entre la primera y al segunda plata, mientras que la tercera es de acceso restringido y alberga el almacén y el salón de actos.

A pesar de que la constructora Ferrovial tendría que haber entregado el edificio el pasado 15 de septiembre, retrasos y dificultades en la reforma han pospuesto el remate, que aun está pendiente de los últimos arreglos. Unos detalles que estarán rematados a punto para la inauguración oficial, aun sin fecha, y en la que se espera que estén presentes el director general de la Agencia y el Secretario de Estado de Hacienda.