El conseller insular de Turisme, Josep Marí Ribas, considera que el hecho de que Eivissa haya sido nominada por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad debe marcar un punto de inflexión tanto en las políticas turísticas que se ponen en marcha desde la isla como en la imagen que se recibe de nuestro destino turístico en el extranjero. «De alguna manera, -explica el conseller- esta nominación lo que nos impone es un sello de calidad y es el momento de conseguir que Eivissa se conozca en otros foros y no sólo en los de diversión juvenil o en las revistas de los 'clubbers', sino también entre públicos muchísimo más formados intelectualmente, interesados por la cultura, el patrimonio y el medio ambiente».

Marí Ribas apuntó que el cambio en la forma de promocionar Eivissa ya estaba decidido por el nuevo equipo de gobierno del Consell aún antes de conocer la decisión final de la Unesco, aunque el dictamen favorable ha reforzado aún más la idea de que Eivissa tiene encantos suficientes para seducir a un nuevo segmento de mercado. «Aunque no se hubiera producido el nombramiento también hubiéramos tenido que cambiar. Yo creo que hace diez o quince años los propios anuncios publicitarios de Eivissa fomentaban la permisividad, inculcaban un espíritu que era algo así como 'ven a Eivissa y haz lo que quieras'. Este camino nos ha llevado a tener un nombre muy conocido, del cual se han aprovechado muchos de los turoperadores, que han ido a lo fácil, han ido a la cantidad por encima de la calidad», opina el conseller.