Imágenes como ésta, recogida en la carretera de Santa Eulària, pudieron observarse en distintos puntos de las Pitiüses. Foto: GERMÁN G. LAMA.

Las Pitiüses cerraron el aviso de nevadas lanzado por las autoridades el domingo con un manto blanco en las localidades de Santa Eulària des Riu y Sant Llorenç y diversos puntos de Formentera.

La posibilidad de nieve por encima de los 300 metros se tradujo a primeras horas de la mañana de ayer en grupos de vecinos de estas localidades afanándose por recoger las capas de hielo y nieve que se concentraban a ambos lados de la carretera y que llegaron a construir muros de hasta cinco centímetros de espesor. Fue una noche muy fría en la que la temperatura mínima alcanzó los tres grados y medio y cuya máxima no superó en la última jornada del fin de semana, los trece. Además, el factor térmico se vio acompañado por mar gruesa y rachas de vientos del noroeste de carácter fuerte que superaron los 50 kilómetros por hora de velocidad media y cuya consecuencia más evidente era una mayor sensación de frío.

Todos estos elementos fueron la consecuencia directa de una ola de frío procedente del nordeste de Europa, según confirmaron diversas fuentes del Instituto de Meteorología, cuya entrada se ha manifestado en un rápido y notable descenso de los termómetros. Un fenómeno que ya remite y que ha adelantado los rigores invernales por unos instantes -que parecieron eternos, eso sí- en la isla. Las previsiones de cara a los próximos días apuntan a una mejoría generalizada así como un incremento de las temperaturas al mezclarse la masa fría de aire entrante con el de la atmósfera insular. La recuperación será pues lenta, pero abandonando ya desde hoy las características calificadas como «inusuales» por los expertos. Aunque no se han registrado récords en lo que se refiere a mínimas, hay que remitirse a 1978 según los datos facilitados por la central de control de Palma, para encontrar condiciones similares. Los incidentes se resumen en algunos coches auxiliados en las carreteras sorprendidos por las heladas mientras que el albergue de acogida municipal registró una afluencia definida como «normal» por sus responsables con 12 de sus 14 camas ocupadas.