Las lluvias no son bien recibidas en el barrio de es Pratet. Los
vecinos y comerciantes empezaron ayer a preocuparse cuando el agua
superó la altura de los bordillos de las calles y los malos olores,
que desgraciadamente empiezan a ser habituales, hicieron acto de
presencia.
A partir de las doce de la mañana la situación se fue
complicando y la Policía Local tuvo que acudir al lugar y cortar el
acceso a la calle Carlos III. La lavandería, un par de bares y
comercios y los apartamentos El Puerto son, como siempre, los
primeros en notar los efectos que las lluvias producen en la
zona.
«Nosotros ponemos en la puerta un tablón de madera, que ya lo
tengo ahí preparado, y le echamos yeso. Esto es una vergüenza,
pagamos los mismos impuestos que el resto de Eivissa y, encima,
hemos tenido la calle levantada durante un año para nada», señalaba
ayer la encargada de la lavandería del barrio. «Nosotros ya no
aparcamos en estas calles. El coche se nos llenó de agua y todo se
pudre», añade una vecina.
Sogesur, como hace siempre en estos casos, envía a sus operarios
para que revisen la red de alcantarillado y, sobre todo, para que
recoloquen las tapas que se levantan por la presión del agua. «La
red de alcantarillado no tiene ningún problema, pero la de
pluviales está interrumpida y el agua se sale», confirmó ayer el
director de Sogesur, Emeterio Moles. Es decir, no hay solución
posible mientras no se concluya la red de pluviales.
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